Obispo Arthur J. Serratelli
6 de julio de 2015
Fiesta de Santa María Goretti
Queridos hermanos y hermanas en el Señor,
El 30 de junio de 2015, fiesta de los cristianos martirizados bajo Nerón en el año 64 d.C., nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, señaló que hay más cristianos perseguidos en el mundo hoy que en los primeros siglos. Cada mes 180 cristianos son martirizados. Estas tristes estadísticas dan testimonio del hecho de que los cristianos se encuentran entre los grupos religiosos más perseguidos en todo el mundo.
En más de 60 países, a más de 200 millones de cristianos se les niegan sus derechos fundamentales. En 41 de esos países, los extremistas islámicos están decapitando, crucificando y matando bárbaramente a hombres, mujeres, jóvenes y niños. Trágicamente, en aquellas áreas del mundo donde alguna vez comenzó el cristianismo, la comunidad cristiana está siendo borrada del mapa. Los yihadistas islámicos no limitan su violencia solo a los cristianos. No perdonan a ningún grupo religioso, incluso matando a los de su propia fe musulmana.
Como señaló recientemente el Papa Francisco, “Las dramáticas noticias… sobre violencia, secuestro… y acoso contra cristianos y otros grupos no se detienen. Queremos asegurar a los implicados en estas situaciones que no los olvidamos, pero estamos cerca de ellos y rezamos con insistencia para que, muy pronto, se ponga fin a la intolerable brutalidad de la que son víctimas” (Ángelus, 1 de mayo de 2015).
El Papa nos ha instado a orar por una mayor conciencia del “drama de los cristianos perseguidos en nuestros días”, por la libertad religiosa como “derecho humano inalienable” y por el “fin de este crimen inaceptable”. En respuesta al pedido urgente de nuestro Santo Padre y unido a él en la preocupación por todos aquellos que sufren persecución religiosa, estoy designando este mes de agosto como un Mes Diocesano de Oración por Aquellos que Sufren Persecución Religiosa.
Invito a todos los pastores y superiores religiosos a promover esta intención. La Oración por los que sufren persecución religiosa (a la derecha) debe rezarse juntos en todas las Misas (antes o después de la Misa, o después de la Oración posterior a la Comunión y antes de la Bendición final y la despedida).
Además, los pastores y superiores religiosos pueden, si lo desean, agregar cualquiera de los siguientes:
1. Peticiones por los cristianos perseguidos en las oraciones de los fieles en la Misa.
2. Santa Misa utilizando los textos litúrgicos designados “Para los cristianos perseguidos” que se encuentran en el Misal Romano en cualquier día que no sea domingo o solemnidad.
3. Una Hora Santa con Lecturas Bíblicas, Adoración Eucarística y Bendición por esta intención específica.
4. Una invitación a emprender algunos actos personales de oración, sacrificio y caridad por nuestros hermanos y hermanas que sufren.
Estas son solo algunas formas de aumentar nuestra conciencia y apoyo a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo. Es mi esperanza que nuestros esfuerzos unidos, tanto en oración como en acción, fortalezcan a aquellos que sufren persecución y muevan los corazones de aquellos que los oprimen para abrazar una vida de paz. Como dijo una vez San Pedro Eymard: “Tengan confianza en la oración. Es el poder inagotable que Dios nos ha dado”.
Invocando la bendición de Dios sobre todos los fieles, religiosos y clérigos de nuestra diócesis, quedo,
Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo Arthur J. Serratelli, STD, SSL, DD
Obispo de Paterson