Richard A. Sokerka
Won la Corte Suprema de los EE. UU. rechazando la apelación de la Administración Trump que buscaba poner fin al programa DACA y el fracaso del Senado de los EE. UU. en aprobar un proyecto de ley bipartidista que ofrecería protección a los inmigrantes, el tiempo sigue corriendo para encontrar una solución para los beneficiarios de DACA para que tengan un camino para la ciudadanía.
Entre los decepcionados por el fracaso del proyecto de ley se encontraba la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB), que instó a los líderes a centrar sus esfuerzos en los beneficiarios de DACA y aprobar la legislación. En una declaración de la USCCB, los obispos dijeron: “Pedimos una vez más que los miembros del Congreso muestren el liderazgo necesario para encontrar una solución justa y humana para estos jóvenes, que diariamente enfrentan una creciente ansiedad e incertidumbre”.
El proyecto de ley de inmigración que no fue aprobado por el Senado habría apoyado a los beneficiarios de DACA en su camino hacia la ciudadanía estadounidense. Además, el plan incluía varias otras propuestas de reforma migratoria, como la eliminación de la lotería de visas de diversidad y las restricciones a la migración patrocinada por la familia. El proyecto de ley también habría ofrecido un aumento en la seguridad fronteriza.
El presidente Trump ha buscado poner fin al programa de protección DACA desde el otoño pasado. El programa había sido establecido por una orden ejecutiva del ex presidente Obama. La finalización del programa dejaría a casi 1.8 millones de “Dreamers” en una zona gris en cuanto a su estatus en EE.UU.
Para generar apoyo para la aprobación de la reforma migratoria para los beneficiarios de DACA, los obispos de EE. UU. promovieron un Día Nacional Católico de Llamada para Proteger a los Soñadores el 26 de febrero, para impulsar a los fieles a tomar medidas para salvaguardar a los inmigrantes llamando a sus representantes electos.
Los obispos tenían la esperanza de que el Día de Llamada llevaría al Congreso a “proteger a los Dreamers de la deportación, brindándoles un camino hacia la ciudadanía y evitando cualquier daño a las protecciones existentes para las familias y los menores no acompañados en el proceso”.
Los obispos recordaron a sus rebaños que “Nuestra fe nos obliga a estar con los vulnerables, incluidos nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. Lo hemos hecho continuamente, pero debemos mostrar nuestro apoyo y solidaridad ahora de manera especial. Ahora es el momento para la acción."
Pero el reloj corre.