Richard A. Sokerka
Si bien todos los ojos están enfocados en la llegada del Papa Francisco a los Estados Unidos en septiembre, los planes avanzan para que se celebren eventos durante el Jubileo de la Misericordia.
El jubileo fue anunciado por el Papa Francisco el 13 de marzo, segundo aniversario de su elección como obispo de Roma. Se abrirá el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y se cerrará el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey.
Hasta ahora se han fijado 12 grandes eventos para el Jubileo de la Misericordia: 24 horas para el Señor, un día de adoración eucarística; Para Secar las Lágrimas, una vigilia de oración; y jubileos centrados en los trabajadores de la peregrinación; los enfermos y discapacitados; catequistas; diáconos; adolescentes; sacerdotes; voluntarios de la misericordia; la Curia; María; y la espiritualidad de la Divina Misericordia.
Además de estos eventos, el 13 de febrero tendrá lugar un “Jubileo para el grupo de oración del Padre Pío”, ya que el cuerpo del santo capuchino que llevó los estigmas durante gran parte de su vida será expuesto en la Basílica de San Pedro el 8 de febrero. 14, a petición del Papa Francisco.
Los detalles para algunos de los días jubilares incluyen una amplia gama de eventos con el Santo Padre.
El jubileo de los adolescentes comenzará con un festival vespertino el 23 de abril en el Estadio Olímpico de Roma, seguido de una Misa pronunciada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro al día siguiente.
El jubileo de los diáconos será del 27 al 29 de mayo, con conferencias sobre su papel como iconos de misericordia para la nueva evangelización en sus familias, parroquias y trabajos.
Los sacerdotes celebrarán su jubileo del 1 al 3 de junio. El primer día estará dedicado a la Adoración Eucarística, la Lectio Divina y las confesiones. El Papa predicará en su retiro el 2 de junio y celebrará Misa con ellos el 3 de junio.
Cuando anunció el Año Jubilar, Poe Francis dijo: “Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la que todos estamos llamados a dar consuelo a cada hombre y toda mujer de nuestro tiempo”. Es nuestra esperanza que las palabras del Papa resuenen en los corazones de todos los seguidores de Jesús en todo el mundo.