Richard A. Sokerka
An otro año nuevo está a menos de una semana de distancia. Para la mayoría de nosotros, estos últimos días del año son momentos en los que reflexionamos sobre lo que logramos (o no) en 2019 y qué cambios positivos nos gustaría hacer en nuestras vidas en 2020.
Vemos el 1 de enero de 2020 como un nuevo comienzo y como un momento para un nuevo comienzo en nuestras vidas. Sin embargo, cuando miramos hacia atrás en el año que está en nuestro espejo retrovisor, encontramos que algunos problemas que prometimos solucionar en 2019 aún permanecen con nosotros. Nos encontramos cayendo en los mismos viejos hábitos, frustrándonos sin fin. Somos humanos, con todos nuestros defectos y debilidades. A pesar de nuestras fallas, siempre debemos recordar que Dios nos ama. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará.
Una vez que nos demos cuenta de eso, y del hecho de que ser católico no es un boleto para salir de los problemas y caminos de la vida, sino más bien un boleto para tomar nuestra cruz y seguir a Cristo, 2020 puede ser un año en el que sintamos el verdadero gozo de la lealtad, trae devoción, compromiso y sacrificio para vivir una vida como la de Cristo.
Podemos cambiar nuestras vidas en 2020 para mejor. El nuevo comienzo con el que siempre hemos soñado para lograr el bien en nuestras vidas está ahí para tomarlo si solo seguimos el ejemplo de Cristo.
¡Los mejores deseos para un Feliz Año Nuevo como el de Cristo!