Richard A. Sokerka
An otro año nuevo está a solo unos días de distancia. Para la mayoría de nosotros, estos últimos días del año son momentos en los que reflexionamos sobre lo que logramos (o no) en 2017 y qué cambios positivos nos gustaría hacer en nuestras vidas para hacer de 2018 un mejor año para nosotros. Vemos el 1 de enero de 2018 como un nuevo comienzo y un momento para un nuevo comienzo. Pero a menudo, cuando miramos hacia atrás en 2017, encontramos que los mismos problemas que prometimos solucionar a principios de año siguen con nosotros. Nos encontramos cayendo en los mismos viejos hábitos, frustrándonos sin fin. Somos humanos, con todos nuestros defectos y debilidades. Pero a pesar de esto, necesitamos saber, ante todo, que Dios nos ama. Siempre lo ha hecho, y siempre lo hará. Una vez que nos damos cuenta de eso en nuestros corazones, y del hecho de que ser católico no es un boleto para salir de los problemas y pruebas de la vida, sino más bien un boleto para tomar nuestra cruz y seguir a Cristo, podemos enfocarnos en los cambios que podemos hacer en nuestro vidas para hacer del nuevo año uno de los mejores de nuestras vidas. 2018 puede ser un año en el que sintamos el verdadero gozo que trae la lealtad, la devoción, el compromiso y el sacrificio de vivir una vida como la de Cristo. Entonces, que nuestra resolución de Año Nuevo sea hacer que nuestras vidas sean más parecidas a las de Cristo y que verdaderamente sea un año nuevo feliz.