12 de diciembre 2024
Hoy, al celebrar la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas, la Conferencia Católica de Nueva Jersey desea compartir la siguiente Carta de Interés Pastoral, publicada por el Obispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de los Estados Unidos, y el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el Obispo Mark J. Seitz de la Diócesis de El Paso y Presidente de la Ude SCCB Comisión de Migracióny Obispo Jaime Soto de la Diócesis de Sacramento, Presidente de la Junta Directiva de la Red Católica de Inmigración Legal, Inc.
Queridos hermanos y hermanas,
Impulsados por el Evangelio de Jesucristo y reconociendo la dignidad inherente de cada persona como hijo de Dios, nos solidarizamos firmemente con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que viven y trabajan en estos Estados Unidos.
Desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad. Llegan a nuestras costas como extranjeros, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra, y se convierten en estadounidenses. Siguen proporcionando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras habilidades esenciales que sustentan a nuestra próspera nación.
Nuestro país merece un sistema de inmigración que ofrezca vías justas y generosas hacia la ciudadanía plena para los inmigrantes que viven y trabajan durante muchos años dentro de nuestras fronteras.
Necesitamos un sistema que proporcione alivio permanente a los recién llegados, ayude a las familias a permanecer juntas y dé la bienvenida a los refugiados.
Esperamos que nuestro país pueda desarrollar un sistema de asilo eficaz para quienes huyen de la persecución y un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, con políticas de aplicación de la ley que se centren en aquellos que presentan riesgos y peligros para la sociedad, en particular esfuerzos para reducir la actividad de las pandillas, detener el flujo de drogas y poner fin a la trata de personas.
Estados Unidos debería tener un sistema de inmigración que proteja a los migrantes vulnerables y a sus familias, muchos de los cuales ya han sido víctimas de actores criminales.
Juntos, debemos alzar la voz en nombre de las “masas apiñadas que anhelan respirar en libertad” y pedirle a nuestro gobierno que brinde un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes. Tenemos la esperanza y rezamos para que todos podamos trabajar juntos para apoyar una reforma significativa de nuestro actual sistema de inmigración.