RICHARD A. SOKERKA
Tl pasado domingo 24 de julio, la Iglesia Universal conmemoró la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos. Establecida por el Papa Francisco en 2021, la celebración se celebra cada año el cuarto domingo de julio, coincidiendo con las fiestas de los padres de la Santísima Virgen María y los abuelos de Jesús, Ss. Joachim y Anne (¡Sí, Jesús tenía abuelos!).
El Papa Francisco dijo que instituyó el Día Mundial de los Abuelos y los Ancianos porque “muchas veces se olvida a los abuelos, y nosotros olvidamos esta riqueza de conservar las raíces y transmitir” lo que han recibido los ancianos.
Para el Santo Padre, la importancia de los abuelos es personal. Antes de convertirse en Papa, y con frecuencia desde entonces, ha citado a su propia abuela, Rosa, como crítica de su vocación sacerdotal. “Fue mi abuela quien me enseñó a orar”, dijo. “Ella me enseñó mucho sobre la fe y me contó historias sobre los santos”.
Cuando era un joven seminarista, su abuela Rosa le dijo que “lo más importante para un sacerdote es celebrar la Misa”, y compartió la historia de otra madre que le aconsejó a su hijo sacerdote “que celebre la Misa, cada Misa, como si fuera fue el último.
La familia Bergoglio emigró de la región del Piamonte, en el norte de Italia, a Buenos Aires, Argentina, en 1929. Tras el nacimiento de Jorge Mario Bergoglio en 1936, el futuro Papa pasaba tiempo todos los días en la casa de sus abuelos. También ha escrito sobre cómo guarda una nota de su nonna en su breviario.
Este año, el Papa eligió, “Dará fruto aun en la vejez” del Libro de los Salmos (92:15) como tema para este día especial. Tuiteó que los ancianos “deben ser cuidados como un tesoro de la humanidad: son nuestra sabiduría, nuestra memoria. Es crucial que los nietos permanezcan cerca de sus abuelos, que son como raíces de las que extraen la savia de los valores humanos y espirituales”.
Las palabras del Papa ciertamente me sonaron verdaderas en el día especial de celebración de los abuelos. Como abuelo de seis hijos, Grace Elizabeth, Mitchell Alan, Jacob Andrew, Ryan William, Julia Rose y Luke Andrew, llenan mi vida de alegría cada momento que paso con ellos. Tuve la suerte de estar allí el día en que cada uno de ellos nació y atesoro verlos crecer en sabiduría y fe. Con mi jubilación en el horizonte, espero fortalecer mi relación con cada uno de mis nietos para que siempre sepan y recuerden cuán profundo es el amor de Pop-Pop por ellos, ahora y para siempre.