Richard A. Sokerka
AComo saben los católicos, la Cuaresma es un tiempo de penitencia, oración y caridad. Sin embargo, ninguna Cuaresma en nuestra vida ha sido tan desafiante como la Cuaresma de 2020.
Poco tiempo después del Miércoles de Ceniza, todos estábamos relegados a nuestros hogares, trabajando desde allí y cuidando a los niños, cuyas escuelas han sido cerradas indefinidamente debido a la pandemia de coronavirus. El gobierno ha restringido todas las grandes reuniones de personas, incluidas las de todos los lugares de culto.
Sin embargo, en nuestro aislamiento forzado el uno del otro, el Papa Francisco dice que hay muchos pequeños actos de amor y bondad que podemos hacer por los demás sin salir de casa esta Cuaresma.
“Debemos redescubrir la concreción de las pequeñas cosas, los pequeños gestos de atención que podemos ofrecer a los que están cerca de nosotros, a nuestra familia, a nuestros amigos. Debemos entender que en las cosas pequeñas está nuestro tesoro”, dijo el Papa Francisco. “Por ejemplo, una comida caliente, una caricia, un abrazo, una llamada telefónica… Son gestos familiares de atención a los detalles de la vida cotidiana que dan sentido a la vida y que crean comunión y comunicación entre nosotros”, dijo el Santo Padre. .
El Papa Francisco dijo que la cuarentena que muchas personas están viviendo en este momento brinda una oportunidad particular para crecer en las relaciones personales en el hogar, pero esto requiere desconectarse de la tecnología para pasar tiempo de calidad juntos.
“En sus casas, las familias suelen comer juntas en un gran silencio, pero no por escucharse unos a otros, sino porque los padres ven la televisión mientras comen y los niños están en sus teléfonos móviles”, dijo. “Aquí no hay comunicación, mientras que escucharse es importante porque así podemos entender las necesidades, los esfuerzos, los deseos del otro”.
El Papa también pidió a todos que se acerquen a aquellos que están solos o que han perdido a sus seres queridos. “El consuelo no debe ser compromiso de todos”, agregó.
Instó a la gente a recordar que las decisiones y acciones personales de uno tienen consecuencias en la vida de los demás.
“Durante estos días difíciles podemos encontrar pequeños gestos concretos que expresan cercanía y concreción hacia las personas más cercanas a nosotros, una caricia para nuestros abuelos, un beso para nuestros hijos, para las personas que amamos. Estos son gestos importantes y decisivos. Si vivimos estos días así, no serán en vano”, dijo el Papa Francisco.
Los pequeños gestos que sugiere el Papa durante este tiempo de aislamiento pueden fortalecer nuestra vida de fe durante un tiempo de Cuaresma que no olvidaremos pronto.