A inicios de este año, en la Fiesta del bautismo del Señor, el Obispo Kevin J. Sweeney inauguró un Año de la eucaristía en la Diócesis de Paterson. El propósito de este año especial es promover la devoción, la catequesis y la apreciación por este gran don de la Eucaristía en la iglesia para el mundo. En noviembre de 2021, la Conferencia episcopal de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés) concluyó el documento El misterio de la eucaristía en la vida de la iglesia., el cual desarrolló el Comité de la doctrina de la Conferencia. La publicación de este documento coincidió providencialmente con la apertura del Año de la eucaristía.
El documento empieza a grabar la conmovedora escena del Papa Francisco caminando solo en la desolada Plaza de san Pedro bajo la lluvia el 27 de marzo de 2020. El santo Padre iba a liderar a todos en oración en el momento de crisis que el mundo estaba atravesando en aquel entonces, muy al comienzo de una pandemia global. Esta oración fue por el mundo entero. No se excluyó a nadie. Todas las personas estaban unidas por la lucha y el sufrimiento causado por el virus del COVID-19. La pandemia no hacía distinción entre cristiano, ni judío, ni musulmán, o cualquier otra tradición de fe o falta de ella. El Papa Francisco fue a rezar en frente del santísimo sacramento que es la salvación de todo el mundo. El santo Padre nos recordaba, que, así como Jesús estuvo presente en las turbulentas aguas del Mar de Galilea, hoy está presente entre nosotros en las diferentes crisis de nuestras vidas.
La pandemia global nos ha afectado física, emocional, social, económica y espiritualmente. Para algunos, “se han fortalecido su fe y su deseo por la eucaristía.“Aún así para otros”,al haber vivido sin Misa por tanto tiempo, se han desanimado o acostumbrado a una vida sin la eucaristía.” Quizá mientras la pandemia permanezca en el mundo, experimentemos una crisis para comprender y apreciar la eucaristía. La Conferencia episcopal ha publicado este documento, que puedes encontrar en línea, de modo que nos ayude a reencontrar la presencia de Cristo en nuestras vidas. Está dividido en 2 temas: el don y nuestra respuesta. Se divide en 3 secciones: El sacrificio de Cristo, la presencia real de Cristo y la comunión con cristo y la iglesia. El segundo tema se divide además en 4 secciones: Agradecimiento y alabanza, Transformación en Cristo, Conversión y Alimento para el camino. Durante las próximas 7 semanas de Pascua, columnistas invitados de toda la diócesis, plantearon reflexiones sobre cada parte de este documento. Te invito a que leas todo el escrito y utilices estas reflexiones como una ayuda para tu oración personal y como un vehículo para llevarte al encuentro con el Señor eucarístico.
El documento concluye de esta manera: “Hemos ofrecido estas reflexiones en la fe y práctica eucarística de la iglesia como punto de partida. Se puede decir mucho más, pero lo más importante es que nos adentraremos más profundamente por la fe y el amor en este gran Misterio de misterios. Pidámosle a todos al Señor que nos llamen a un tiempo de renovación eucarística, a un tiempo de oración y reflexión, de obras de caridad y de sincero arrepentimiento. El Señor está con nosotros en el Misterio eucarístico que celebramos en parroquias y misiones, en nuestras hermosas catedrales y en aquellas capillas más pobres. Él está presente y se acerca a nosotros, para que nosotros nos acerquemos a él. El Señor es generoso con nosotros con su gracia; así que, por su gracia, debemos humildemente siempre pedirle que nos conceda lo que necesitamos.” Al continuar este Año de la eucaristía acerquémonos a él, que desea acercarse a nosotros.