TODO EN FAMILIA Guatemaltecos y voluntarios de la parroquia de Notre Dame of Mount Carmel en Cedar Knolls en la ceremonia de clausura después de que los voluntarios terminaran de construir casas para cuatro familias el mes pasado.
MONTAÑAS DE CEDRO En agosto pasado, con el apoyo de su comunidad de fe, el Ministerio de Alcance de Guatemala de la Iglesia Notre Dame of Mount Carmel aquí completó su misión de construir cuatro casas más (para un total de 16 construidas en nombre de su parroquia desde 2014) para cuatro familias en el pueblo de Sumpango, Guatemala.
Los voluntarios se unieron a From Houses to Homes (FHTH), una organización dedicada a fortalecer la unidad familiar y la armonía comunitaria en el Altiplano de Guatemala a través de la construcción de viviendas y la provisión de atención médica y educación.
Cada casa es de 13 por 19 pies, hecha enteramente de bloque de concreto, con piso de cemento, techo de metal corrugado con tragaluz, puerta de metal con cerradura y ventana con marco de metal con vidrio. La casa está pintada por dentro y por fuera con colores elegidos por la familia. El día de cierre (quinto día de trabajo), cada uno de los grupos compartió una celebración de cierre donde un representante del ministerio entregó las llaves de su casa a un familiar.
Los 24 misioneros de Notre Dame cubrieron sus gastos de pasajes aéreos, comidas y alojamiento. También se le pide a cada voluntario que haga una donación de $500 a FHTH para cubrir el costo de los materiales para construir la casa. A través del generoso apoyo de su comunidad de fe, el ministerio pudo compensar una parte significativa de esas donaciones; y en este Año de la Misericordia fueron bendecidos con apoyo financiero adicional que les permitió extender aún más la gracia de Dios al patrocinar la educación de un niño durante un año en la escuela FHTH Kemna'oj y también comprar dos equipos muy necesarios para el clínica de la organización.
Como lo expresó uno de sus misioneros, “No podemos comenzar a expresar lo profundamente conmovido y agradecido que está el pueblo de Guatemala por estas gracias que representan la mano extendida de Jesús a través del amor, las oraciones y el apoyo financiero de nuestra comunidad de fe”.
Para los involucrados —miembros de FHTH, familias receptoras y misioneros— está claro que se está construyendo mucho más que casas; el viaje de la semana compartida representa una transformación personal que fortalece la fe y ofrece recuerdos y relaciones para toda la vida. Como dijo uno de los jóvenes que participó en la misión, “Lo curioso de Guatemala, vas con la intención de cambiar vidas pero no te das cuenta hasta después que es tu propia vida la que cambia”.