Richard A. Sokerka
Al celebrar el 243° aniversario de nuestra nación hoy, 4 de julio, es el momento perfecto para reflexionar sobre cómo nuestros Padres Fundadores depositaron su plena confianza en Dios. Sus fuertes convicciones morales y espirituales los ayudaron a formar los cimientos de nuestra gran nación.
Nuestro país tiene la bendición de tener una rica herencia de fe: nuestra base es exclusivamente cristiana. Las creencias y los principios bíblicos están entretejidos en todos los documentos fundacionales de nuestra nación.
Mirando hacia atrás a los orígenes de nuestra nación hace casi 250 años, es innegable que Estados Unidos comenzó literalmente como "Una nación bajo Dios".
John Adams declaró: “Los principios generales sobre los cuales los Padres [Fundadores] lograron la independencia fueron los principios generales del cristianismo”.
La libertad religiosa fue un tema tan importante para nuestros Padres Fundadores que redactaron la Primera Enmienda para protegerla.
Esa protección fundacional de la libertad religiosa se refleja en una decisión de la Corte Suprema de los EE. UU. del 10 de junio. En esa decisión, rechazó la solicitud de Michael Newdow, un ateo, que pedía a la Corte Suprema que revisara la decisión de la Corte de Apelaciones del Octavo Circuito, que rechazó el intento del ateo de quitar el lema nacional, “In God We Trust”, de las monedas y billetes estadounidenses. Newdow había argumentado que "estableció una religión monoteísta", pero el Tribunal dictaminó que el lema no viola la Primera Enmienda al establecer una religión, afirmando: "No es un establecimiento de religión simplemente para rendir homenaje a la herencia religiosa de nuestra nación".
En este cumpleaños de nuestra nación, la tierra de los libres y el hogar de los valientes, nunca olvidemos que en los Estados Unidos de América, la religión es una parte natural de la cultura humana y tiene un lugar natural y legítimo en el plaza publica.
¡Dios bendiga America!