Parsippia El obispo Serratelli ordenó a cuatro seminaristas diocesanos, que provienen de una rica diversidad de orígenes, al diaconado de transición el 4 de mayo durante una misa en la iglesia de San Pedro Apóstol aquí. Este rito lleva a los hombres un paso más cerca de ser llamados a la ordenación como sacerdotes de la Diócesis el próximo año.
El obispo Serratelli ordenó a los siguientes hombres: Kerwin Timothy M. Gaza, nacido en Filipinas; Andrew Dutko, nacido en Westwood; Charles Henry Lana Jr. nacido en Paterson; y Dailon Lisabet, nacido en Cuba. El Obispo fue el celebrante principal y homilista de la Misa con sacerdotes de la Diócesis como concelebrantes.
La Celebración de la Ordenación a la Orden de Diácono comenzó con el Padre Edgar Rivera, director diocesano de vocaciones y director de la Casa de Discernimiento Domus Bartimeus, Boonton, pidiéndole al Obispo que ordenara a los candidatos como diáconos. Luego, el obispo preguntó sobre su valía. El padre Rivera respondió: “Después de indagar entre el pueblo cristiano y por recomendación de los responsables, testifico que han sido encontrados dignos”. Después de aceptarlos, el obispo pidió la aprobación de la asamblea, que con entusiasmo concedió con sus aplausos.
El obispo Serratelli también enumeró las responsabilidades de un diácono: proclamar el Evangelio, dispensar la Eucaristía, impartir instrucción doctrinal, preparar la Misa y presidir bautismos, matrimonios, funerales y oraciones públicas. Un diácono también realiza actos de caridad en nombre del obispo o del párroco.
Durante la ordenación, cada candidato se presentó ante el obispo Serratelli, quien lo interrogó sobre el oficio de diácono. Cada candidato declaró su intención de ser ordenado al diaconado y cumplir con sus deberes. Cada uno se arrodilló ante el obispo y colocó sus manos entre las suyas, prometiéndole obediencia y respeto a él ya sus sucesores. Luego, los candidatos se postraron ante el altar, simbolizando su humildad y dependencia de la gracia de Dios. El Obispo invitó a la asamblea a unirse al rezo de las Letanías de los Santos.
Luego, el obispo impuso las manos sobre la cabeza de cada candidato para significar la concesión del Espíritu Santo y la comisión de servicio. Pidió a Dios que dedicara a estos hombres al servicio de la Iglesia y renovara en ellos el espíritu de santidad.
Luego invitó a los sacerdotes a ayudar a los diáconos a ponerse las estolas y las dalmáticas antes de entregar el Libro de los Evangelios a cada uno. Él les dijo: “Recibid el Evangelio de Cristo, de quien os habéis convertido en heraldo. Cree lo que lees, enseña lo que crees y practica lo que enseñas”. A continuación, el Obispo dio a los recién ordenados diáconos el signo fraterno de la paz.
En sus palabras de clausura, el obispo Serratelli dirigió a los fieles en la oración por las vocaciones y agradeció a las personas que han apoyado y alentado a estos nuevos diáconos, incluidos familiares, amigos, sacerdotes, sus comunidades de seminario y parroquias, donde han servido.