Richard A. Sokerka
In medio del actual Sínodo de Obispos sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, el Papa Francisco canonizará al Beato Papa Pablo VI y al Beato Arzobispo Oscar Romero el 14 de octubre.
El futuro Papa Pablo VI se desempeñó como arzobispo de Milán antes de su elección como obispo de Roma en 1963. El Papa Pablo VI supervisó gran parte del Concilio Vaticano II, que había sido inaugurado por el Papa San Juan XXIII, y en 1969 promulgó un nuevo Misal Romano. Fue beatificado por el Papa Francisco el 19 de octubre de 2014.
Aparte de su papel en el Concilio, Pablo VI es más conocido por su histórica encíclica, "Humanae Vitae", que se publicó en 1968 y reafirmó la enseñanza de la Iglesia contra la anticoncepción a raíz de la revolución sexual. Este año marca el 50 aniversario de esta encíclica histórica y en los últimos meses se han llevado a cabo muchos eventos que exaltan la importancia de esta encíclica.
Al comentar sobre el 50 aniversario de la encíclica, el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), dijo: “Hace cincuenta años, el Beato Pablo VI reafirmó la hermosa verdad de que el esposo y la esposa están llamados a entregarse por completo el uno al otro El matrimonio refleja el amor de Dios, que es fiel, generoso y dador de vida. Por su vocación, los cónyuges cooperan con Dios abriéndose a la nueva vida humana. El beato Pablo VI, que soportó las críticas a la Humanae Vitae con caridad y paciencia, afirmó con valentía que cuando amamos como Dios lo diseñó, experimentamos la verdadera libertad y la alegría. También ha demostrado tener razón en sus advertencias sobre las consecuencias de ignorar el verdadero significado del amor conyugal”.
Curiosamente, el milagro atribuido a Pablo VI para finalizar su caso de santidad involucró la curación de un niño no nacido en el útero.
El Beato Romero, quien fue beatificado por el Papa Francisco el 23 de mayo de 2015 en El Salvador, fue el arzobispo de la ciudad capital de la nación, San Salvador. El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba la Eucaristía, el arzobispo Romero fue asesinado a tiros en el altar por un sicario de un escuadrón de la muerte. Un crítico abierto de la violencia y las injusticias que se cometían en ese momento, el arzobispo Romero fue declarado mártir que fue asesinado por odio a la fe por su defensa vocal de los derechos humanos.
Santos para nuestro tiempo, ambos tenían en común la defensa de la vida humana. Ambos son ejemplos valientes para todos en la Iglesia de vivir el Evangelio como un pueblo pro-vida comprometido con la justicia para todos.