PADRE ALEX NEVITT
Mientras la temporada de Pascua amanece sobre nosotros, Al conmemorar la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, me encuentro reflexionando sobre un próximo viaje a Indianápolis. En tan sólo unos pocos meses, la Diócesis de Paterson se embarcará en una peregrinación al Congreso Eucarístico Nacional. Es un viaje único en la vida que promete no sólo enriquecimiento espiritual sino también un profundo sentido de unidad entre nuestra diversa comunidad católica.
Organizar los detalles del viaje resultó no ser poca cosa. Tuve el privilegio de participar en el trabajo que el padre Michael Szwarc había completado anteriormente, pero aún quedaban innumerables partes móviles que gestionar y organizar. Sin embargo, a través de un esfuerzo de colaboración que involucró a voluntarios, clérigos y funcionarios diocesanos, pudimos armar una peregrinación que promete ser nada menos que transformadora.
En el centro de nuestra peregrinación se encuentra la Eucaristía, signo vivo de nuestra unidad con Jesucristo como un solo cuerpo. Es un misterio sagrado que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, uniéndonos más allá de los confines de nuestros hogares y parroquias. En la Eucaristía, los católicos de todos los ámbitos de la vida encuentran puntos en común y comunión, experimentando de primera mano el poder transformador del amor de Cristo. Sin embargo, todavía se nos pide que caminemos hacia Cristo no sólo con el corazón sino con los pies o, en nuestro caso, en avión.
Para aquellos que puedan estar indecisos sobre unirse a nosotros en este viaje a Indianápolis, los invito a verlo como una oportunidad para responder al llamado a seguir a Cristo más profundamente, especialmente en esta temporada de alegría pascual. Es una oportunidad para salir de lo familiar y embarcarse en el extraordinario viaje de convertirse en un misionero eucarístico, llevando la presencia de Cristo a un mundo necesitado.
Además, nuestra presencia en el Congreso Eucarístico Nacional sirve como señal pública para el mundo de que nosotros, como católicos, estamos unidos y centrados en la Eucaristía. En tiempos de división e incertidumbre, nuestro testimonio colectivo dice mucho sobre la fuerza duradera de nuestra fe y el poder de la comunión para superar todas las barreras.
A medida que se acerca la fecha límite para la inscripción el 17 de abril, aliento a todos los miembros de nuestra diócesis a aprovechar esta oportunidad para profundizar su relación con Cristo y entre sí durante esta temporada de Pascua. Juntos, embarquémonos en esta peregrinación de fe, confiados en el conocimiento de que nunca estamos solos en nuestro viaje hacia el corazón eucarístico de nuestro Señor.
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Si tiene alguna pregunta, no dude en comunicarse conmigo, el padre Alex Nevitt, en GME@dhr-rgv.com
El Padre Alex Nevitt coordina la participación diocesana en el Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis en julio. Es vicario parroquial en la parroquia Notre Dame of Mount Carmel en el vecindario Cedar Knolls del municipio de Hanover.