John Cammarata, director de El Ministerio de Jóvenes de la Diócesis de Paterson y ministro de jóvenes durante 20 años, está descubriendo que un punto de discusión resurgente para aquellos a quienes sirve involucra la salud mental.
“Los jóvenes están mucho más dispuestos a hablar sobre salud mental”, dice. “No puedes tratarlo como si no existiera.
“En mi línea, si no tienen buena salud mental, es un obstáculo inmediato para su crecimiento físico. Así que pensé que esa era nuestra obligación como Iglesia: abordar mucho más que sus necesidades espirituales”.
Con ese fin, el 3 de febrero organizará un taller de un día llamado Primeros auxilios para la salud mental en St. Paul Inside the Walls en Madison. La asistencia a la capacitación de $130 por persona está limitada a 30, y la fecha límite de inscripción es el 15 de enero.
El objetivo es capacitar a los ministros y maestros de jóvenes para que intervengan de inmediato y sin juzgar a los jóvenes que tienen crisis inmediatas.
Esos no se limitan a la ideación suicida. También incluye ataques de ansiedad, depresión y trastornos por abuso de sustancias.
Se ha documentado sombríamente un aumento en el suicidio de adolescentes. Según un informe del año pasado del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, el mayor aumento porcentual de suicidios de hombres con respecto al año anterior fue en las edades de 15 a 24 años (22.4 a 24.1 por 100,000). Un aumento en la tasa de suicidio de mujeres en el mismo grupo de edad se consideró estadísticamente insignificante.
Al frente de la instrucción estarán Chad Sandifer, decano asociado ejecutivo de la facultad de farmacia de la Universidad Fairleigh Dickinson, y Dongmi Kim, profesor asociado de práctica farmacéutica en Fairleigh Dickinson.
Sandifer dice que será su primera instrucción a un grupo diocesano. Las personas a las que generalmente entrena trabajan para universidades y corporaciones.
¿Es la empatía un requisito para quienes se someten a la formación? “Yo diría que no”, dice Sandifer. “Pero requiere una comprensión de las dificultades que enfrentan algunos individuos con integración cultural”.
“No estamos allí para ser terapeutas”, dice. “Estamos allí para recomendar un plan de atención y para el autocuidado más adelante después de que haya pasado una crisis. También hablamos sobre el consumo de drogas, el consumo de alcohol y el abuso de sustancias. Es una amplia gama de temas. Tenemos un equilibrio bastante bueno en lo que aportamos al entrenamiento”.
Información: GME@dhr-rgv.com