OBISPO KEVIN J. SWEENEY
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Junto con muchos de ustedes, he leído las noticias relacionadas con el Informe de la Santa Sede sobre Theodore E. McCarrick, ex miembro del Colegio Cardenalicio y ex metropolitano de la provincia de Newark (1986-2000). Llevará tiempo leer y estudiar el Informe completo, pero incluso una lectura preliminar entristece a todas las personas de fe y buena voluntad.
En particular, los contenidos de este Informe renovarán el dolor de quienes han sufrido abusos y de todos los que los aman. Al reflexionar sobre este Informe, buscamos lograr la sanación de aquellos que han sufrido abusos. Nuestra Iglesia local, junto con las diócesis e instituciones católicas de todo Estados Unidos, reafirmamos nuestro compromiso compartido de prevenir el abuso de los inocentes y aprender de un pasado vergonzoso. El filósofo George Santayana escribió la famosa frase “Aquellos que olvidan el pasado están condenados a repetirlo”. Este es un capítulo doloroso en la historia de la Iglesia y reflexionamos sobre él en oración para prevenir abusos ahora y en el futuro y para reconocer el dolor que muchos han sufrido.
En concreto, vuelvo a comprometer a nuestra diócesis a orar y trabajar incesantemente para promover la curación de quienes han sufrido abusos sexuales en la Iglesia y para prevenir, en la medida de lo humanamente posible, cualquier daño a los jóvenes. También debemos asegurarnos de que nuestro progreso significativo y efectivo en la protección de la juventud siga siendo siempre una preocupación primordial de todos los que sirven en la Iglesia.
Deseo compartir con ustedes los resultados de las iniciativas de nuestra Diócesis para salvaguardar a nuestros jóvenes.
Podemos mostrar resultados concretos de nuestros esfuerzos para proteger a los niños. Desde la fundación de nuestra diócesis en 1937 hasta la Carta de Dallas en 2002, veinticinco sacerdotes y un diácono han sido acusados de forma creíble de abuso sexual de menores. Desde la Carta de Dallas en 2002, tres sacerdotes de nuestra diócesis fueron acusados de manera creíble de abusar sexualmente de menores; cada uno de estos sacerdotes ha sido removido del ministerio. El abuso de incluso un niño está mal. Un caso de un niño que es abusado es horrible y demasiado. Sin embargo, la justicia requiere que nuestra gente tenga una imagen completa y pueda ver que los pasos tomados han mejorado dramáticamente una situación terrible.
¿Por qué una disminución tan dramática? Durante los últimos 18 años, cualquier empleado o voluntario que pueda entrar en contacto con un menor debe asistir a la Capacitación de Ambiente Seguro. Esto nos equipa para proteger a los niños y reportar cualquier comportamiento sospechoso o señales de advertencia de posible abuso o vulnerabilidad. En la Diócesis de Paterson, hemos realizado un promedio de 80 sesiones de capacitación de Virtus cada año. Un total de 37,357 personas han sido capacitadas en nuestros programas de ambiente seguro.
Como resultado de todo el arduo trabajo realizado por el personal diocesano, el personal parroquial y los voluntarios, podemos afirmar claramente una vez más que la Iglesia Católica, nuestras instituciones, agencias y programas se encuentran entre los lugares más seguros para un niño en la actualidad. Esto puede parecer sorprendente para algunos, pero es la verdad. Finalmente, estos últimos 18 años nos han enseñado que debemos ser sensibles a todos los que han sido victimizados, por sacerdotes o por otros. Necesitamos continuar ofreciendo curación, apoyo y recursos.
La publicación de este informe puede abrir algunas heridas que comenzaban a sanar. Sigamos orando y trabajando para que la Iglesia y todos sus miembros sean instrumentos de sanación e instrumentos de paz. Mientras recordamos el pasado, oramos para que todas las víctimas reciban compasión y curación. Oramos también para que, como pueblo santo de Dios, nos animemos con las palabras de las Escrituras: “Las misericordias del Señor no se acaban, ni se agotan sus obras de amor fiel” (Lamentaciones 3:22–23).
Sinceramente en Cristo
Reverendísimo Kevin J. Sweeney
Obispo de Paterson